Aquí va el contexto de la búsqueda. La única vez que sentí algo por alguien fue vergonzoso porque esa mujer no tenía ni gota de sangre pura en sus venas. Alguien que no merecía ni respirar el mismo aire que yo. Pero al conocerla más, ver la fortaleza en sus gestos, su vena intrépida, su aire risueño, caí sin más. Eramos como Abril y Octubre. Y creo que ella se dio cuenta antes que yo. No íbamos a estar juntos porque alguno tendría que sacrificar lo que era. Y yo no sería ese. Mi vida, mi linaje, mi familia, mi trabajo. Todo fue más importante siempre. Y sin más, se fue. Han pasado más de diez años y ya no hay amor, solo el recuerdo de lo que pudo ser.

Esta trama no es romántica, si bien se pueden rolear temas FB sobre el tiempo que pasaron juntos, el barco zarpó llevandolos a tierras distantes. Jasper ya no es ni la sombra del hombre del que ella se enamoró, ni ella es aquella mujer que le voló la cabeza. Pero queda el recuerdo y el saber que quizá, muy en el fondo, se preocupan por el otro.

Dicen que a la vida de una persona siempre llegan dos amores, el amor de tu vida y tu alma gemela. Esta mujer es su alma gemela. Pero no están destinados a estar juntos.

No suelo agradarle a las personas cuando las veo, soy distante y muy apatico porque no estoy acostumbrado al ruido en extremo. Me agrada mi privacidad y que las gente me deje en paz. Pero no quiero ser un lobo solitario toda la vida, todo ser humano necesita al menos a dos locos más para sobrevivir. Y bien puedo ser asocial cuando no es tema laboral, pero quiero vivir y tal vez, estas dos personas logren despertar en mí, un sentido de lealtad y camaradería. ¿Cómo? He ahí el dilema, pero nada es imposible.

Es cuestión de piel. Tú y yo nos odiamos nada más vernos. A saber los motivos, da igual. No es que yo necesite un motivo real para odiarte, o para que me odies. Los motivos podemos platicarlos en privado, pero ya te digo que nos haremos la vida miserable mutuamente. Eso va más allá de una rencilla de colegio, es del tipo que hemos estado a nada de lanzarnos imperdonables unas cuantas veces. Quizá comenzamos en el colegio, pero eso ha escalado durante años y podríamos decir que eres el némesis que no desee.